Luz dinámica

Decía el poeta Giacomo Leopardi: “¡Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría entonces!”.

La frase del romántico italiano se puede aplicar también a la luz, tan poco valorada, pero cuya importancia para el ser humano es tal que incluso regula su fisiología. Porque nuestro metabolismo se rige en gran medida por los ciclos de iluminación y oscuridad que dicta la luz del sol, ciclos que denominados ritmos circadianos.

No hace falta que la luz sea un pecado para admitir que ejerce una influencia decisiva en nuestra biología, pero nuestro ritmo de vida nos ha obligado a adaptarnos a condiciones que nos pueden llevar al límite.

Este es el caso de las personas que trabajan en entornos mal iluminados o de los empleados que tienen turnos de noche, e incluso de los que tienen que alternar horas laborales diurnas y nocturnas con regularidad. 

La falta de luz también puede estar determinada por el clima o la ubicación geográfica. Situaciones extremas a las que hemos podido adaptarnos, pero con un coste a veces demasiado grande, tanto en el plano físico como psicológico. Insomnio y trastornos del sueño, falta de concentración, estado de ánimo decaído, e incluso depresión son algunos de los efectos sobre el cerebro.

Otras consecuencias somáticas no menos relevantes pueden derivar en el desarrollo de enfermedades como la diabetes, por una forma de alimentación inadecuada o el sedentarismo que suele acompañar las deficiencias lumínicas.

Soluciones para iluminar la vida

La respuesta a estas carencias es múltiple. Algunas propuestas creativas en el ámbito de la arquitectura se han dirigido hacia el mejor aprovechamiento de las formas para disfrutar de más horas de luz natural y optimizar el disfrute de la luz natural.

Pero el aprovechamiento de la luz solar no es suficiente. Al mismo tiempo que la sociedad global se dirige hacia una vida sin pausas nocturnas, también se han ido produciendo avances en la iluminación artificial. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, ahora es posible corregir esos desfases en los ritmos circadianos gracias a recursos como la luz dinámica que permite la iluminación led.

la luz, elemento fundamental de la vida, actúa sobre todos los sentidos, influye sobre nuestro humor, transmite calor.

‘form m’ mario nanni

Efectos similares a la luz natural: iluminación artificial y ritmos circadianos

Los beneficios de la luz dinámica son bien conocidos por los psicólogos desde hace años. Entre sus primeras aplicaciones estaban los despertadores lumínicos, que iban incrementando su potencia para simular el amanecer. De esta manera se logra un despertar suave y natural, sin los sobresaltos de los sonidos fuertes.

Esta iluminación también permite jugar con los colores para modificar ambientes. Esta regulación de la luz tiene resultados muy beneficiosos sobre el estado anímico y sirve para mantener el orden en los ritmos circadianos ya comentados.

Con la tecnología led también se pueden simular ventanas de luz natural que se pueden colocar en cualquier espacio cerrado. Un ‘ventanal’ de estas características situado en el techo es capaz de suplir la luz diurna y transformar cualquier espacio del hogar o trabajo con la intensidad que se desee.

La libertad de intervención es muy amplia, y en cada caso se debe actuar según el uso previsto para el espacio, pero sin renunciar a disfrutar de todas las posibilidades que ofrece la tecnología led.

Avances que sirven para mejorar la calidad de vida de las personas, y también para convertir a la luz en un nuevo pecado, una tentación a la que es imposible resistirse.

La luz artificial, por cuanto pueda acercarse a la del día no debe confundirse con la luz natural, no debe imitarla, debe ser sincera.

Por esta razón, en nuestros proyectos, consideramos la luz artificial como un elemento auxiliar a la solar y tendemos a esconder la fuente, la hacemos penetrar en los ambientes a través de cortes casi siempre reflejada, escondida pero presente, a menudo discreta, luz sin forma.

‘form m’ Mario Nanni

Proyecto de Iluminación de la Sacristía Nueva en la Basílica de San Lorenzo, Florencia

Viabizzuno diseñó un sistema de iluminación dinámico para la Sacristía Nueva de Michelangelo en la Basílica de San Lorenzo. Este proyecto utiliza luminarias con tecnología avanzada para replicar los efectos de la luz natural y mejorar la apreciación de las esculturas y el espacio arquitectónico. La iluminación se ajusta para seguir el movimiento de la luz solar durante el solsticio de verano, creando un entorno que resalta los detalles escultóricos en diferentes momentos del día.

Sistema de Iluminación n55

El sistema n55 de Viabizzuno está diseñado para ofrecer una luz dinámica que se adapta a los diferentes momentos del día. Este sistema ajusta la intensidad y el color de la luz para imitar los ciclos solares diarios, promoviendo un ambiente más saludable y productivo