Iluminación y color

La luz afecta a la manera en que se percibe el color y, en consecuencia, las formas de lo que se ve y cómo se ve.  El color de un objeto cambia según las condiciones de iluminación.

No se trata solo de la tonalidad de la luz, sino de cómo se comporta la luz al iluminar superficies y objetos de distintos colores.

Iluminación y color

¿Qué aspectos hay que tener en cuenta a la hora de estudir la iluminación y color?

Los materiales y texturas y su relación con la iluminación y color

Ten en cuenta todos los materiales y texturas que se utilizarán en el proyecto y cómo se comportan con la luz.

Algunos elementos, como las puertas de cristal o las paredes traslúcidas ayudan a potenciar y aumentar la luz natural.

Los colores

Iluminación y color van de la mano. Los colores de todas las superficies y elementos decorativos ayudan a crear volúmenes y profundidad.

Los tonos claros aportan claridad, luminosidad y amplitud. Son perfectos para agrandar visualmente espacios pequeños.

Los tonos oscuros crean ambientes más íntimos y acogedores, con un punto de misterio y también de dramatismo si son intensos.

Conviene aplicarlos en paredes donde haya ventanas o frente a grandes ventanales para recibir una mayor cantidad de luz natural.

Un espacio oscuro necesitará más puntos de luz para tener una mayor sensación de luminosidad, ya que una superficie oscura absorbe más la luz.

Los contrastes de colores sirven para crear espacios más dinámicos. Aportan movimiento y  contribuyen a crear espacios más informales, originales o hasta divertidos dependiendo de la tonalidad elegida.

Puedes elegir entre crear contrastes entre colores fuertes combinados entre sí o utilizar colores de una misma gama.

La capacidad de reflexión de las superficies

Iluminación y color son dos conceptos que no pueden ir solos. La intensidad de la luz reflejada depende del material y del ángulo de iluminación.

La luz proyectada sobre superficies claras refleja mejor la luz. Por el contrario, los tonos oscuros la absorben y hacen que la sensación de luminosidad disminuya.

Las superficies reflectantes como espejos u elementos de aluminio o titanio, reflejan la luz y multipliquen el espacio hasta el infinito.

Los objetos negros absorben la luz. Nuestro cerebro interpreta la falta de luz como negro, por eso todo parece negro cuando entramos en una habitación oscura.

Todos estos aspectos afectan a cómo apreciamos los volúmenes y los  bordes de las cosas.

No olvides que una buena iluminación depende de la función que se desarrollará en él, de quién y cómo lo usará.

La luz a través de los cuerpos que ilumina modifica los colores.

 

El buen proyectista de luz consigue elegir la mejor lámpara con el índice de rendimiento cromático más adecuado y el espectro más cercano a los objetos que debe iluminar.

 

En efecto, el índice de rendimiento cromático tiene una correspondencia directa con el consumo; pero es indispensable que la señora María no tenga la menor duda sobre el color del jersey que está comprando, no debe verse obligada a salir a la calle para controlar si el artículo es justo de ese color rojo que ella quería, aunque quizás ella no sepa que a veces el sol la traiciona, en función de los cambios climáticos (el sol diurno tiene 5300-5800k, el cielo cubierto 6400-6900k, el cielo sereno azul intenso 10000-25000k, la luna 4100k…).

 

Las temperaturas de color, junto con los índices de rendimiento cromático describen las propiedades cromáticas de una fuente luminosa.

 

Trabajar los índices de rendimiento cromático puede convertirse en un medio de comunicación, porque los colores son capaces de provocar emociones y sensaciones.

 

‘form m’ Mario Nann, viabizzuno