luz natural

El sol, la luna, las estrellas, el rayo.  La luz natural como maestra de vida: observarla para entender que no es nunca la cantidad de luz, sino la calidad, la modalidad con la que se insinúa en los varios contextos, que da la justa iluminación, porque cada momento de vida precisa una iluminación distinta.

m18 ip67 viabizzuno, luz natural y luz artificial

Estudiar la luz natural

Observarla sin emularla. La luz que desde los orígenes controlaba nuestros biorritmos: el sol.

La luz diurna, la generada por el sol, filtrada por las nubles, cubierta por los temporales, enfatizada por el viento, apagada por la noche.

Luis Khan decía que se comprende la grandeza del sol cuanto toca la esquina de un edificio y de este edificio proyecta una sombra. En ese preciso instante se entiende también la grandeza del proyecto arquitectónico.

La luz solar es normalmente aquella a la que se refieren y con la que se comparan todas las demás formas de iluminación.

Pero la noche no es solo el negro, la sombra, lo desconocido; antes de que se descubriera la bombilla se vivía también de noche, se viajaba también de noche como si la luna y las estrellas fueran millones de pequeños fragmentos de sol.

En la oscuridad diurna, son el fulgor del rayo y el encanto del arco iris los que vuelven a dar luz a la naturaleza, momentáneamente abandonada por el sol.

Fuente ‘form m’ MarioNanni

Para saber más sobre luz y arquitectura y sobre los ritmos circadianos.